viernes, 14 de febrero de 2014

Pensemos en querer

La globalización, el enorme auge de las redes sociales y masivos medios de comunicación nos enfrentan a juicios, palabras y barbaridades todo el tiempo. Anhelo una regulación natural en un futuro, en el que todos, como sociedad y sin la necesidad de ningún poder más que el de nuestra conciencia nos vaya obligando a pensar y decir desde un plano al menos más profundo. 

Considero que existen varios niveles de profundidad y su evolución depende exclusivamente de un mayor detenimiento a razonar las cosas. Cuanto más se piensa y analiza algo, casi que como regla, se llega a una mejor y más interesante conclusión. Vivimos entre personas que parecen venir con respuestas casi predeterminadas por su entorno, que funcionan casi como estímulo-respuesta. Pero, enseguida después nos encontramos con quienes creen que por decir algo distinto ya están aportando. Lamentablemente, las verdades absolutas, como el hombre, viven en constante búsqueda de completud. En Uruguay decir que Artigas es el prócer del país o decir que es un traidor que nunca nos quiso encubre exactamente la misma falacia. Ni el heroísmo escolar, ni el sarcasmo estúpido de quienes leyeron algo más y ya creen tener la verdad. Siempre existen más etapas en el análisis. 

Con respecto a los días festivos con origen generalmente americano y capitalista como San Valentín, día de la Madre, etc. pasa algo parecido. Están los que respetan sus costumbres de forma casi hortodoxa y están los que se creen más inteligentes por entenderlos como "convenciones imperialistas" creados para el consumo. ¿Y por qué no pensar en su esencia? ¿Está mal que se fomente un día que requiera una atención especial a un ser querido? En todo caso, si tu entorno exige regalos materiales, quienes deberían cuestionar su política de satisfacciones son ellos. 

Me reconozco en contra de muchas de las políticas o maneras de funcionar del Mundo actual. Pero todas aquellas que fomenten un brote de cariño, atención, amor, etc. bienvenidas. Frente a tanta deshumanización, un día para otro ser, no viene nada mal.

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