lunes, 25 de noviembre de 2013

¿Cómo pasó todo?

Soy parte de la generación del odio. Donde la tentación hacia el desequilibrio es tan fuerte como la del poder. En donde el fin justifica los medios en cualquier ámbito. Donde los nuevos políticos aceptan que para lograr gobernar a su manera, deben correrse de sus ideales con la ilusa promesa cuando estén allí, volverán a inculcar las ideas que le despertaron el afán de mejorar esto. ¿Hasta donde llegan tus valores? ¿Son modificables según la circunstancia?

Soy contemporáneo a la generación en donde la policía es, en muchas ocasiones, mi enemiga. En donde quienes tienen que preservar y cuidar los derechos y convivencia de toda la sociedad no tienen más requisitos que la escuela pública completa y sus salarios son indignos. ¿Cuánta agua pasó debajo del puente para que un policía genere violencia? ¿Por qué es tan contradictorio su función esencial y lo que connota después? 

Vivo entre quienes dicen "esto es Peñarol/Nacional" y, solo por esa razón, deben matarse. ¿En qué momento un club deportivo se transformó en símbolo de guerra? ¿Cuáles fueron los valores que cargaron a ese Club en un sinónimo de ganar o morir? ¿Por qué no se dice "esto es Multiahorro" y por eso me enfrento a la policía? ¿Cuál es la diferencia? Uno es un Supermercado y otro es un Club deportivo. Uno vende productos y el otro juega. ¿En qué momento de la bola de nieve estamos como para que el nombre de un equipo se transforme en la razón de un enfrentamiento guerrillero?

Camino entre personas que dicen que la inseguridad es el principal problema a solucionar en la sociedad y la educación el segundo. Aunque coinciden que la primera es producto de la segunda. ¿Entonces? ¿Qué es lo que hay que mejorar?

Escucho a comunicadores diciendo "hay que darle palo" a esos que critican porque, paradógicamente, dieron palo primero. 

Reconozco a todos los que generan actos vandálicos. Puedo averiguar donde viven en 10 minutos. Pero tengo que correrme y hacer que no los vi. Porque quienes tienen la potestad para reeducarlos, se rinden ante ellos. Vivo en donde NADIE ve NADA. 

En la esquizofrenia de cuestionarme todo, yo también debo tener que ver en esto. Soy culpable de esta sociedad ciega, sorda y muda. Debo serlo. Perdón. 

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