miércoles, 8 de mayo de 2013

Con el permiso del señor conductor...


La noche del 7 de mayo en Montevideo no fue una más. El centro, el oscuro y "angustiante" centro de nuestra capital en invierno, se vio interrumpido por un montón de sirenas, efectivos policiales en motocicletas, gritos y banderas venezolanas. Es que en un ómnibus de la empresa Coetc, venía Nicolás Maduro, presidente de dicho país.
Foto: El Observador

La experiencia habla de que estos jerarcas suelen trasladarse por la ciudad con la misma parafernalia pero en la comodidad de autos más lujosos y con otro confort. Solamente el hecho de que el presidente haya preferido hacerlo en un ómnibus es, en sí mismo, un acontecimiento. ¿Quería aprovechar el viaje para ir conversando con sus acompañantes? Él parece ser muy abierto al contacto con el pueblo, sería lógico. Pero no. Prefirió manejar. Ser él mismo quien conduzca desde la Intendencia Municipal de Montevideo hasta el acto del PIT-CNT.

No podemos obviar que esa fue su profesión previo a su vida política.  Una gran cantidad de artículos periodísticos titularon: “de chofer a presidente”. Quizás cuando a mí me inviten a algún lado, si es que alguien lo hace, llegue escribiendo crónicas. Porque eso es lo que haré hasta ese momento. Aunque ojalá nunca cambie de “cronista a político”.

Su calidad de sindicalista, de referente de la izquierda en Latinoamérica, lo hizo recorrer varias empresas y no poder negarse a la invitación de los trabajadores a concurrir al acto que se iba a realizar en la sede del PIT-CNT. Y Pablo Varela, chofer de la Cooperativa Obreros y Empleados de Transporte Colectivo (COETC) le cedió su lugar para que el propio presidente se dé el gusto de trasladar a él y su comitiva  hacia el siguiente punto de encuentro. ¿Licencia de conducir? ¿Estaba habilitado para hacerlo? No sabemos. Y se ve que tampoco estaba en su móvil el cartelito que dice: “Prohibido hablar con el conductor” porque hasta tuvo la habilidad de darle una nota a un medio de su país.

Entre puños apretados, gritos como: “viva Venezuela”, “Chávez vive”, “la lucha sigue”, “Maduro, amigo, el pueblo está contigo” y las guitarras de Larbanois y Carrero, el principal mandatario de las tierras bolivarianas llegó al acto. Apenas una hora y media después de lo previsto, con gran dispositivo de seguridad y a “bocina limpia” se presentó el invitado de honor.

Allí lo esperaban un tal José Mujica y Lucía Topolansky con otros dirigentes sindicales. Como quien aguarda la llegada, retrasada, del sobrino que se acaba de recibir en la capital y viene a pasar las vacaciones junto a su familia. Una vez estacionado el ómnibus, se entreveró con los luchadores y se sintió agasajado con los versos de “A Simón Bolivar” interpretados por los artistas nacionales ya mencionados.  Recibió ese y otros halagos hasta que le tocó la palabra. Enfatizó deseo de unir a Latinoamérica a través de una gran central sindical. “Latinoamérica y el Caribe” subió la apuesta de su única propuesta de la noche.

Llenó de pasto el lugar, las fieras contentas aprobaron sus dichos y generó hasta risas cuando lo llamó “camarada” (típico término comunista) a Fernando Pereira, quien no pertenece a esa corriente. “’Camarada’ para nosotros significa un compañero amado. Amada. Camarada. Camarado. Cama-Amado. ¿Verdad? Bueno… Compatriota” concluyó entre risas.

¿Tiempo para hablar del “enemigo”? También hubo. Sentado a su lado, nuestro presidente. “El amigo Pepe” como lo llama Maduro. Que si ven alguna imagen, no se asusten, no estaba dormido, solamente apoyaba el mentón en su palma para mayor estabilidad.

Y para cerrar, el presidente venezolano concluyó: “Tengan la seguridad que nadie detendrá la revolución bolivariana, Chávez vive”. Por suerte era un lugar cerrado y no había posibilidad de que el principal revolucionario bolivariano se presentara en forma de pájaro.


Acá el link de "Maduro al volante" de El Observador:
http://www.elobservador.com.uy/noticia/250097/maduro-al-volante/

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