viernes, 17 de mayo de 2013

¿Periodismo, crítica o apología del delito?

Los inspectores de tránsito de nuestra capital hicieron uso de su derecho como trabajadores y pararon sus actividades protestando por mejores vestuarios, más elementos de seguridad para quienes trabajan en la calle y sobre todo, por la medida que tomó la Intendencia de Montevideo de contratar nuevos empleados que trabajen los fines de semana. 
Foto: www.Subrayado.com.uy


Del uso desmedido de la "fuerza sindical" y el descontrol que esto le genera al gobierno de turno por su condición de "izquierda" no voy a hablar en este momento. Tampoco de la lógica protesta si tenemos en cuenta que los antiguos inspectores no van a poder decidir  cuándo trabajar y cuándo no los fines de semana para poder cobrar horas extras. Y mucho menos, de la, por lo menos cuestionable, política de comisiones que obtienen por cada multa que colocan. De nada de eso hablaré, por lo menos HOY.

Lo que sí me preocupa es el manejo y oportunismo con el que se trata el tema por el periodismo. Han sido varios, estos últimos días, los medios que han publicado "informes" que consisten en ENUMERAR la cantidad de INFRACCIONES que se pueden cometer GRACIAS al PARO de los inspectores de tránsito.

Las formas de hacer periodismo son múltiples y no existe un manual para ejercer la profesión. Sin embargo, creo que "recordarle" a la gente las infracciones que pueden cometer por la falta de controles no sea lo más ético. Principalmente porque el punto NO está en que alguien "doble en U" o "maneje ebrio". Sino por las consecuencias que ésto puede traer. Pueden generar accidentes y, por consiguiente, personas heridas, fallecidas, etc. 

A caso cuando hubo paro también de ADEOM y no recogieron la basura por unos días escribieron informes recordándole a los vecinos que la podían tirar en la puerta de su casa, total, nadie los iba a controlar.

¿Cuando hay problemas con la policía les van a recordar a todos que pueden ir a robar supermercados y bancos?

Para hablar de un "tránsito caótico" en Montevideo no es necesario esperar a que paren los inspectores. Vivimos en una ciudad que no está ni cerca preparada para soportar la cantidad estrepitosa de automóviles que posee. La pésima distribución demográfica de los servicios que tenemos, que el Centro es una de las zonas de mayor densidad y con las calles más angostas, que somos un país de TRES millones y que UN MILLÓN Y MEDIO aproximadamente viven en el 0,113 % de la superficie del país, son algunas de las posibles razones por las que vivimos en un tránsito caótico. Y hay más, pierda cuidado.

Seamos coherentes. No subestimemos a la gente y hagamos leña del árbol caído. El periodismo sigue siendo parte fundamental de una sociedad que no para de recibir mensajes por todas partes, no destruyamos la profesión con frases para la tribuna.





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